La IA es el vehículo y la cuántica el motor del desarrollo DeepTech

La Inteligencia Artificial ya cambió la forma en que innovamos.
Pero lo que viene —la convergencia entre IA y tecnologías cuánticas— promete redefinir los límites mismos de lo posible, abriendo una nueva era para las DeepTech, esas startups que combinan ciencia avanzada con propósito.

La IA como vehículo de aceleración

Durante la última década, la Inteligencia Artificial se ha convertido en el vehículo más poderoso para el desarrollo tecnológico. Ha permitido que investigadores, ingenieros y emprendedores aceleren la validación de hipótesis, optimicen procesos industriales y exploren modelos predictivos antes impensables. 

La IA democratizó el acceso a capacidades que antes estaban reservadas a grandes corporaciones o laboratorios de elite. Hoy, una startup con talento y una GPU puede competir globalmente:

  • Diseñando nuevos materiales mediante simulaciones moleculares.
  • Anticipando fallas industriales a partir de datos en tiempo real.
  • Detectando enfermedades con algoritmos de imagen biomédica.
  • Reduciendo el consumo energético en plantas de producción.

La cuántica como motor de futuro

Pero toda tecnología necesita un motor. Y en la próxima década, ese motor será la computación cuántica. Mientras la IA aprende a pensar, la cuántica redefine cómo procesamos la información. Su capacidad para manejar múltiples estados simultáneamente promete resolver problemas de optimización, simulación y diseño que hoy están fuera del alcance incluso de los supercomputadores. Y para las DeepTech, esto significa, por ejemplo, la posibilidad de:

  • Simular reacciones químicas con precisión atómica.
  • Diseñar baterías, fármacos o materiales completamente nuevos.
  • Crear modelos climáticos o genómicos imposibles de calcular con la computación clásica.

En conjunto, IA y Cuántica forman una dupla imparable: la primera es el piloto inteligente; la segunda, el motor que le da potencia infinita.

Un desafío para el Ecosistema de I&E de Biobío

En Biobío, esta convergencia no es teoría. Centros tecnológicos y startups locales ya están explorando la aplicación de IA avanzada en manufactura, biotecnología y energía. El siguiente paso es acercar la infraestructura cuántica y el talento especializado, como lo ha hecho Sequre Cuantum, integrando a la región en redes globales de investigación aplicada. Esto plantea un doble desafío:

  1. Desarrollar capacidades de comprensión y uso ético de estas tecnologías.
  2. Acelerar la colaboración entre empresas, universidades y startups.

La frontera tecnológica no se conquista desde la distancia: se habita desde la conexión.

DeepTech.Connect Biobío

En DeepTech.Connect Biobío, esta visión tomará forma. Expertos internacionales explorarán cómo la IA y la Cuántica están convergiendo, y qué significa eso para los países que buscan saltar al siguiente nivel de competitividad e impacto. Porque si la IA es el vehículo, y la Cuántica el motor, Biobío puede ser la pista desde donde el futuro despegue.

7 y 8 de enero de 2026, Concepción, Chile
Más información en: www.deeptechbiobio.cl

ARTICULO 4

Transhumanismo y DeepTech: cuando la frontera tecnológica desafía la ética

Las tecnologías que estamos creando pronto podrán redefinir lo que significa ser humano.
La inteligencia artificial, la biología sintética, la neurotecnología y la ingeniería genética ya no solo expanden nuestras capacidades, están comenzando a modificar nuestra propia naturaleza. Punto de partida del transhumanismo, una corriente filosófica que inspira —y al mismo tiempo tensiona— el avance de algunas DeepTech.

Cuando la ciencia se convierte en evolución

El transhumanismo propone que el ser humano puede —y quizás debe— utilizar la tecnología para trascender sus limitaciones biológicas: mejorar la inteligencia, eliminar enfermedades, extender la vida o incluso fusionar mente y máquina. Lo que antes pertenecía a la ciencia ficción hoy es parte de los laboratorios:

  • Interfaces cerebro–computador que permiten mover prótesis o escribir con el pensamiento.
  • Terapias génicas que corrigen defectos hereditarios antes del nacimiento.
  • Nanobots médicos que viajan por el cuerpo detectando anomalías celulares.
  • Prótesis y órganos superavanzados capaces de incluso reemplazar parte de nuestros cuerpos y entregar rendimientos por sobre lo “humano”

En su núcleo, el transhumanismo plantea una pregunta la siguiente pregunta: ¿hasta dónde queremos —y debemos— llegar?

La frontera ética del progreso

Alguna DeepTech no solo traerán innovación, sino que tambien traerán dilemas. A medida que la ciencia avanza más rápido que la legislación y la comprensión social, surgen zonas grises:

  • ¿Quién decide qué mejoras son aceptables?
  • ¿Cómo se regula la manipulación genética?
  • ¿Qué derechos tiene una inteligencia artificial avanzada?
  • ¿Cómo se protegen los datos neuronales o biométricos?

El filósofo y neurocientista Anders Sandberg, investigador de la Universidad de Oxford, lo resume así: “Cada salto tecnológico amplía nuestras posibilidades, pero también la magnitud de nuestras responsabilidades.” Y las DeepTech no son neutrales: su diseño, su propósito y su adopción reflejan los valores de quienes las crean.

Una mirada desde el sur

Para Biobío —y para América Latina en general— esta conversación no puede ser ajena. La región tiene la oportunidad de participar activamente en el desarrollo de tecnologías de frontera desde una perspectiva ética y humana, no solo técnica o comercial. Eso implica:

  1. Promover la formación ética en científicos y emprendedores.
  2. Impulsar regulaciones anticipatorias y debates públicos.
  3. Invertir en innovación responsable: aquella que mejora la vida sin comprometer su esencia.

Chile puede posicionarse como un referente en DeepTech éticas y sostenibles, donde la ciencia sirva a la humanidad y no al revés.

DeepTech.Connect Biobío

En DeepTech.Connect Biobío, estas tensiones estarán al centro de la conversación. El evento reunirá a científicos, filósofos, emprendedores e inversionistas que entienden que el progreso tecnológico solo tiene sentido si amplía las capacidades humanas y no sus desigualdades. En esta nueva frontera, el futuro no dependerá solo de lo que podamos crear, sino de lo que elijamos crear.

7 y 8 de enero de 2026, Concepción, Chile
Más información en: www.deeptechbiobio.cl

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